Porque me siento atrapado en ti, porque no puedo respirar si no estás cerca, porque no puedo caminar si no vas conmigo, porque no puedo volar sin tus alas, no puedo hacerlo sin tus anuncios, sin tus abrazos, sin tu aroma, sin tu calor. Porque me pierdes, porque me atrapas, porque me tomas, porque me acaricias con palabras dulces, porque te siento tanto. ¿Quién eres?, ¿de dónde vienes?, porque me escondes, porque me susurras al oído, porque giras el sol, porque las nubes se alejan cuando pasas, que quieres de mi, que quieres que yo haga, hasta donde me llevaras, donde me dejaras, eres feliz llevándome, porque siento fe en mi por ti ahora, ¿quién te mando?, ¿quién me mando?, no usaste la fuerza, tan solo me preguntaste si quería ir, y yo camine hacia ti.
Después, siento miedo, miedo... ¿de ti?, ¡no! tengo miedo al rechazo, tengo miedo a sufrir infinito. Tengo miedo de llorar, tengo miedo de sentirte mal, tengo miedo no sentirte cerca, tengo miedo de no encontrarte, tengo miedo... de que la lluvia me lleve, de que el otoño me seque, de que el verano apague mis recuerdos y la primavera me sonría diciendo que nunca paso nada. Tengo miedo de no sentir tus brazos con los míos, de nunca poder juntar mis labios con los tuyos.
Mírame, no me digas que solo enamorado estoy, tampoco me mires con lastima. Tan solo convénceme de que nunca podre correr rio abajo convénceme de que nunca podre guardarme una estrella, convénceme de que nunca cerrare mis ojos. Ese día, este amante loco, cerrara la puerta y no volverá. Por primera vez en mi vida, puedo decir a corazón, a pecho, con voz en alto, sin vergüenza y sin miedo a equivocarme...
Te amo.
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